Hay ocasiones, hitos, por decirlo en nuestras vidas en que se hace necesario parar, analizar y valorar lo que tienes y no tienes y así decidir qué conservas y qué desechas, es un proceso natural de la vida.
Hace poco un bloggero amigo que siempre me visita me comentó que una amiga suya muy querida estaba deprimida, pues se había dado cuenta que dos de sus mejores amigas, sólo la estaban utilizando y pues eran tan cercanas por puro interés. Este post está un poco pensando en ella y un poco pensando en una filosofía que siempre he tenido a raíz que he vivido cosas como las que me cuentan de esta amiga.
Tengas 12, tengas 15, tengas 20, tengas 25 o tengas 45, hay momentos en que todo requiere un cambio. Yo he cambiado de carrera, de estilo, de grupos de amigos de cuando en cuando, todo sea por seguir adelante.
Exorcisando demonios aparte y sin entrar en este post en muchos detalles, digamos que siempre he estado en contra de la mentalidad de manada... detesto ser una de la masa, yo soy una persona y como tal quiero ser reconocida. No me malentiendan, adoro a mis amigos y si alguien se mete con esas personas que han estado tantos años a mi lado y con las que hemos sobrellevado tantas cosas, pucha yo soy la primera en saltar y decir nadie se mete con mi gente, ir todos contra todos me parece bacán pero yo soy alérgica a ser del montón, nunca ha ido conmigo la mentalidad de borrego. Creo que cuando importa más la mentalidad del grupo que la tuya particular es momento de decir de este tren yo me bajo.
Cuando alguien mayor de 19 años me viene a decir "no sé quienes son realmente mis amigos". Creo que ya es motivo más que suficiente para analizar bien la situación y seriamente considerar seguir adelante. Si ya te ha pasado más de una vez es porque tienes que analizar qué pasa para evitarlo.
Soy profesora de niños, (sip esta gata enseña a gatitos jaja) y ante todo lo que me gusta inculcarles es que todos y cada uno de ellos son especiales porque son diferentes unos de otros. Engrío a mis alumnitos hasta donde los límites de no malcriarlos me lo permiten, pero nunca dejo de motivarlos a ser individuos. He sido catequista de adolescentes y esos son los años más complicados pues es cuando tienes que recalcarles lo importante, IMPORTANTÍSIMO que es ser un individuo, una persona particular por tus propias creencias.
Todos maduramos, crecemos y evolucionamos, cambiamos de estilo, de manera de pensar, cambiamos de ideas, adoptamos maneras de pensar a los 25 que a los 15 ni se te hubiesen pasado por la cabeza. Y es natural, es evolución natural, que todas las personas con las que considerabas que estarías unid@ por el resto de tu vida, ya no sean iguales. Todos maduramos y evolucionamos, y es por eso que, cuando ya no sabes quiénes son tus amigos en verdad... es bueno dar un paso al lado y alejarse, pensar las cosas y ver quienes valen la pena para seguir adelante. Es algo así como cuando terminas una relación de pareja pero esto es tan sutil que es más complicado. Romper con amistades a veces a una persona se le hace más difícil que romper con la pareja.
Tengo una amiga a la que aprecio bastante, a pesar de que tenemos puntos de vista bien diferentes en muchas cosas (y ambas somos profesoras), la aprecio porque es una persona valiosa y por lo general bastante centrada, aunque me parezca demasiado confiada. Es un ejemplo muy claro de lo difícil que es romper con un grupo de amigos en el que te has centrado tanto pero que ya no cubren tus expectativas. A veces por timidéz, por temor a empezar todo otra vez, nos aferramos a cosas, a situaciones y personas que no son más que un lastre con el pasar de los años. Ella cree que puede cambiar a quienes no desean cambiar, y quiere ayudar a quien no busca ayuda. Yo le dije una vez, no eres ni su madre ni su padre ni San Cat para querer salvar al mundo de sus errores sobre todo si estos no quieren que los salves!!
A veces es necesario romper con ciertas cosas del pasado para poder seguir adelante... Se hace más fácil romper una relación de pareja que una relación de amigos porque a veces pasan tantos años y tantas cosas que los límites sutiles se borran y no sabes ya por donde empezar a revisar qué fue lo que salió mal. Pero si en algún momento con alguien te preguntas "realmente le importo yo a esta persona?" Sea tu pareja o sea tu amigo de toda la vida... si la respuesta no es "si" a pesar de todo, a pesar de la distancia, de que ya no te veas a diario con alguien que tanto te ayudó en un pasado, si la respuesta no es "Sí" entonces no vale la pena seguir adelante, sea quien sea.
A estas dos amigas y a este yo pasado mío que siempre vuelve a preguntar cosas, les digo que lo que mejor he podido aprender en mi vida es que quienes a pesar de la distancia, de las diferencias de los años, siguen o vuelven a tu vida y sabes que puedes llamarlos si algo te pasa... esos son tus amigos... y a Dios le doy gracias por los que tengo y conservo en mis 25 años de vida...
Creo que si alguien se ve en la situación de no saber en quién confiar... es porque esas personas que le provocan esas dudas ya no son amigos... son temporadas pasadas, un buen recuerdo y un capítulo más en esta vida que se cierra, porque de lo contrario... se vuelven un lastre muy pesado que no nos deja avanzar en nuestra vida.