lunes, diciembre 17, 2018

Un final y un reencuentro conmigo

Fue un maullido de La Gata de sus tejados maullado en 12/17/2018 08:24:00 p.m.
No toco este espacio hace mucho tiempo. Hace dos años y desde hace más que casi no lo tocaba, pues siempre escribí primero y sobre todo para mí, para tener un espacio en el cual expresarme libremente, y ya no sentía este espacio como mío así que lo dejé. Cerré los comentarios por mi paz mental, los que me conocen saben que pueden hablarme de frente y yo de frente contesto, porque aquellos a quienes he dado la confianza, saben perfectamente de qué va la historia pasada y la historia presente.  En realidad no lo iba a volver a tocar, según yo dije mi pieza y se acabó, y en cierto modo sí. Tengo otros espacios, donde escribo para mí y con la libertad que aquí, "amarrada" a este alias, a estos "recuerdos" ya no sentía.

El fin de semana me reencontré con un pasado lejano, y alguien me hizo la pregunta "¿ya no escribes?", "¿no te gustaría retomar eso, escribir como tú no como un alias?". Debo decir que me corta un poco pero por hoy trataré de hacerlo por aquí, pues quienes entenderán la historia ya conocen quién está detrás de este nombre, saben quién soy yo y algo de mí conocen.

En estos años que han pasado he tenido varios inicios y finales de otras cosas; en estos años después de terminar mi relación larga, aquella en la que en cierto punto me dejé de lado totalmente a mí sin darme cuenta, aquella en la que voluntariamente me volví ciega a muchas cosas, aquella en la que me pidió que me case con él y yo dije sí pero en realidad nunca me consideré realmente en ese camino, quizás por las practicalidades del asunto, quizás porque alguien allá arriba me estaba cuidando de mí misma, y de hacer una vida con alguien que no valía la pena para mí... en estos años que he madurado he aprendido más de mí misma también.

No voy a hablar pestes de D. No tendría por qué hacerlo, pues esto no se trata de él sino de mí. Ya le dije sus verdades en su momento, y me las dije a mí misma también. Ambos sabemos la verdad y ya es historia (bien) antigua y especialmente cerrada. Tengo cero interés en tener algún contacto con él en tiempo presente y futuro, porque las pocas veces en mi vida que yo he dicho nunca... es nunca y sobrados motivos tengo que en detalle conmigo y poquísimas personas de mi entorno se quedan. He recibido mensajes, comentarios, recuerdos, y he borrado y he botado todo aquello que no me servía para seguir. Al igual que la realización de que aunque alguien se pinte una imagen no la hace verdad. Todo eso se queda conmigo.
Pero en estos años que han pasado que a veces se sienten menos a veces se sienten como si fuera toda una vida, por tantas cosas que han pasado desde entonces... me he dado cuenta que he madurado y he llegado a un cierre de situaciones y de relaciones, y que no solo sin darme cuenta hice mi vida feliz, sino sobre todo EN PAZ. Llegué a un punto en que tuve que darme cuenta que no podía arrepentirme ya de nada, que no me servía, que tenía que perdonar, perdonarme a mí y perdonarlo a él... y ¡vaya que me costó perdonar a ambos!, más aún a mí misma, por tonta, por ciega, por voluntariamente apagarme poquito a poco.

Qué he aprendido en este tiempo:

- Aprendí que yo sigo aquí, que ahí estaba, bajo mucha tierrita y mucha mierda, pero aquí estaba y aquí estoy, no me he ido, he madurado y he crecido.

- Aprendí que hay quienes valen la pena y quienes no, y que el instinto nunca me engaña cuando lo sé escuchar. Aprendí a la mala también que hay con quienes traté de conversar y conocer la verdad, pero no estaban dispuestos a dármela. No está en mí sacarles algo que no quieren dar.

- Cada quien quiere pintar su propia versión de las cosas. ¿No dicen que cada historia tiene tres lados? El tuyo, el suyo y la verdad por ahí en el medio? En este caso esta historia tenía más lados que era más un ovillo que un cuadrilátero o alguna figura angular, y cada desenredada del ovillo me daba cuenta de más cosas. Agradezco eternamente haberme enterado de tanto, y haber confirmado tácitamente cosas que ya sabía al ver la "ausencia" presente de algunas personas que todavía por ahí están y se llaman "amigos" pero no lo son.

- Recuperé a un montón de gente. Borré todo, al enterarme que pues habían más lados y más vueltas del ovillo borré todo y en cierta forma me "repartí" aquellas personas que consideraba estaban a mi lado y de mi lado. Y tengo suerte, salvo pequeñísimas excepciones, me quedé con quienes sí valen la pena.

- Me gané un segundo mejor amigo inesperado, y dos más que ofrecieron "hacerle una visita de amor y cariño" que me hicieron reír en momentos que temblaba y lloraba por la tensión, por sentirme culpable, por sentir que yo era "la mala" de la historia.

- Gané dos "hermanas" más, que han estado a mi lado así sea figurativamente pues una por la distancia física no puede estar tan cerca. Han llorado conmigo, y me han ayudado a levantarme en tantas ocasiones, no solo de ese tiempo particular si no en la vida en general, cuando me sentía tonta, cuando me sentía culpable, cuando estaba fúrica y no podría estar más agradecida de tenerlas en mi vida. 


He pasado inicios y términos desde que cerré ese capítulo de mi vida, desde que me enteré de muchas cosas. Y en este reencuentro conmigo misma me encuentro agradecida, por todo, por lo bueno, por lo malo, por tantas historias y tantos personajes que entraron y salieron de mi vida, algunos se fueron porque era lo mejor, algunos aún no sé por qué se fueron pero aprendí a aceptarlo. Algunos intenté recuperar pero me di cuenta que ya no había nada que recobrar. Algunos vinieron a quedarse, algunos volvieron del pasado a estar más cerca.

Cuando estaba hace unos años en todo el tumulto me di cuenta que mi mejor amigo tenía razón, desprenderme de esa historia era como llorar una muerte, porque era despedirme de una persona que no existía, despedirme de un yo que no debió ser, despedirme de una vida que no era para mí. 

Una vez que dejé de esconderme en mi confusión y mis arrepentimientos en ese tiempo, y desde entonces en todas las cosas que he pasado, encontré un apoyo impresionante de gente que nuevos y antiguos, estaban ahí de cierta forma. A mí me cuesta mucho abrirme, contar las cosas, pedir una mano, pero he llegado a puntos por variadas experiencias en las que me he dado cuenta que sí puedo, que si lo necesito solo tengo que decirlo y siempre voy a encontrar quien pueda estar.

En estos últimos años, de tantas experiencias distintas me encuentro más cómoda conmigo, más apta para decir no cuando simplemente no quiero. He llorado muchas cosas, algunas de ellas no tan importantes para otros como para mí. He encontrado nuevos rumbos y nuevas ocasiones y motivos para aumentar a mi felicidad, para volver a soñar... aunque me cueste más que antes confiar, aunque me cueste a veces hablar. Con dos preguntas muy sencillas y muy sinceras me hicieron pensar en todo aquello que he logrado en estos últimos años y en todas las cosas que he superado desde hace muchos más. Con la pregunta tan sencilla de "¿qué fue lo que más te gustaba de ese lugar y tiempo?", con un reencuentro con un pasado de hace tanto, recordé de golpe tantas cosas, recordé quien siempre he sido y quien por unos años olvidé. Recordé cuando crecí, cuando encontré mi voz, y cuántas veces he estado cerca de olvidarla aún siendo adulta. Y recordé que sin importar lo que pase sigo siendo yo. Sigo siendo esa loca que escribe, que canta bajito caminando por las calles, que le vale madres lo que piense la gente, que es particularmente exigente en cuanto a quién deja entrar en su espacio y que está eternamente agradecida de encontrar a esas personas que están y que saben que hay cosas que me cuestan decir.

Tengo mis heridas de batalla y estoy orgullosa de cada una, porque no sería yo sin ellas, y aunque no todos lo piensen pues yo sí; soy una persona que vale jodidamente la pena, aunque joda como nadie.

Y ahora, nuevamente me voy de este lugar, a mis otros rumbos, a mis otros espacios, a mis otros "yo". No creo que cierre este espacio, pues fue de mis primeras experiencias tratando de encontrar más mi voz, y quiero poder volver y leer y recordar: carajo, pues sí he crecido.



 

Experiencias de mí (una gata) Copyright © 2010 Design by Ipietoon Blogger Template Graphic from Enakei